Por la mañana


Graciela Iturbide





Vi el suelo y encontré tu pierna
no la levanté dejé que se secará 
dejé que los pájaros de rapiña la picotearan

Cuando llegué a casa no pude dejar de pensar en tu pierna 
regresé a las calles mirando hacia abajo y encontré oro
Al oro lo levanté y no permití que se acercara ningún buitre

Antes de dormir seguí pensando en tu pierna, 
¿por qué la abandonaste afuera de una notaría pública, afuera del palacio nacional, afuera del templo de los afligidos?

La última vez que te vi con las dos piernas, me dijiste que los encorbatados del banco te negaron 
una tarjeta de crédito. ¿Ellos te quitaron la pierna?

Te digo mejor dejé que se la comieran, que sirviera como alimento 
a las lindas aves que alegran mi día cada que abro la ventana por la mañana 


1 comentario:

Anónimo dijo...



Robert Creeley

La propuesta inmoral


Si nunca haces nada por nadie
te estás ahorrando la tragedia de las relaciones humanas -

Si silenciosamente y como en otro tiempo
hay un pasaje a un algo inesperado:

con que lo mires ya es más
de lo que era. Dios sabe

que nada es adecuado nada es
todo lo que hay. Tan inseguro

el egoísta no es
bueno consigo mismo.