
Esto no es una declaración de odio, tampoco es algo que valga la pena leer.
Es simplemente algo que escribo en este sitio postadolescente visceral.
Si esto fuera una declaración de odio no colgaría esta imagen. Porque en ella está lo que quiero: viajar.
Mi único objetivo, lo que más busco y me gusta.
Un viaje lejos. A lo más lejos que se puede ir: el espacio. Ver de cerca lo que son las estrellas y darme cuenta de que nuestra percepción del mundo en la tierra está equivocada. Subirme a la nave espacial y recortar papeles para hacer collages. Llevar unas buenas tijeras y un resistol de barrita.
Esto no es una declaración de odio porque si así lo fuera no colgaría esta imagen.
Pondría el dibujo de un perro con rabia, así de fácil de connotar, sin complicaciones semánticas ni nada.
Esta imagen es sólo para recordarme que tengo que viajar. Que las ojeras aumentarán si me quedo en el mismo lugar.
Es para recordarme que tengo que terminar lo que he empezado. Es para recordarme que tengo que comprar un casco para salir en bicicleta. No me gustaría partirme el cráneo.
Deberían de inventar un casco que haga a la gente viajar. Seguro en el año 2046 alguien lo inventará. Las aerolíneas pasarán de moda y ahí estaré yo comprando vuelos económicos que me lleven a recorrer la tierra. Ahí estaré yo, viajaré sola.
No necesitaré de nadie en los viajes, estaré sola. Ignoraré a los paseantes. A la gente que se asusta con muy poco. A la gente que ilusiona para sentirse bien sólo por un momento. Olvidaré a toda la gente que tiene ilusiones porque eso es para la gente que tiene tibia el alma. En mis viajes no habrá gente con alma. Iré sola. Tendré conmigo la música. Mis ojos. No necesitaré más. Viajaré sola. No necesitaré ningún arma ni a nadie. No necesitaré ni siquiera un cortauñas.
No necesitaré de un taxi. Yo me moveré sola. No necesitaré de alguien estratega.
Solo estaré yo y la ciencia de las soluciones imaginarias por si necesito encontrar una solución a algo. Así de simple.
Esto no es una declaración de odio, esta imagen no es de odio. Es para viajar. Es también para olvidar lo que se quiere olvidar. Porque la memoria es sabia y algunas veces sabe seleccionar aquello con lo que se quiere quedar.
Porque el sistema nervioso de estar tantas veces en lo mismo se atrofia. Porque hay personas que no pueden permanecer.
Saber elegir.
Saber elegir el lugar a donde quiero viajar.
Saber elegir el no llevar maletas.
Saber elegir mi propia compañía.
Saber elegir las palabras.
Llegar a la impertinencia. Saber parar. Detenerlo todo en el momento justo.
Frenar con palabras a aquello que puede acercarse más y destruirte.
Que las palabras ayuden a frenar el tren cuando estás amarrado a las vías.
Esto entonces, no es una declaración de odio.