Guantánamo

René Magritte

Dime dónde esconder la sombra que robaste 
esta tarde en el supermercado,
le arrebataste la sombra a la cajera que cobró
tus cinco semillas de girasol.

Ella caminará sin ver su reflejo gris, 
¿quitaste también su semblante apaciguado?
¿le dejaste algo al menos?
¿se dará cuenta de que es una mujer sin sombra?

El sol se esconderá para que no descubra mi robo, -me dijiste-,
y me enseñaste tu dentadura afilada y tu boca sonriente.
Te van a encerrar en Guantánamo, te van a acusar de terrorismo, 
ella habla inglés y árabe y no tiene sombra, -te dije-. 

Escondiste la sombra en lo más profundo de tu armario,
nadie más supo de ella, ni siquiera su dueña, ni si quiera yo 
que te vi quitándosela aquella noche turbia de supermercado. 

Los años pasaron con el ritmo que pasa el viento, 
los días se fueron como se va la espuma del océano, 
y si me dejas seguir con estas metáforas, 
podría contar tu historia en quinientos renglones. 

Pero no, 
porque ella murió y no se pudo llevar su sombra, 
y no estuviste en la cárcel y aprendiste árabe y aprendiste inglés, 

ahora quieres aprender la lengua de los muertos para hablar con 
tu sombra sin nombre, sombra inmortal, sombra condenada, 
sombra sin refugio, sombra del cadáver, sombra de la sombra muerta, 
sombra del ardor, sombra de tus ojos, sombra del hoyo negro,


 sombra de tu sombra viva. 



Tres veces silencio


El viento, el viento alto  
El viento, alto en su elemento
me hace más solo -no me estoy
lamentando, él se tiene que lamentar.

Es un sonido abstracto, insondable
venido del elusivo fin del mundo.
Profundo es su significado.

Me habla el todo inexistente en él,
cómo la virtud no es un escudo, y
cómo la mejor es estar en silencio.

Autor: Fernando Pessoa 



Silencio

Así como del fondo de la música 
brota una nota 
que mientras vibra crece y se adelgaza 
hasta que en otra música enmudece, 
brota del fondo del silencio 
otro silencio, aguda torre, espada, 
y sube y crece y nos suspende 
y mientras sube caen 
recuerdos, esperanzas, 
las pequeñas mentiras y las grandes, 
y queremos gritar y en la garganta 
se desvanece el grito: 
desembocamos al silencio 
en donde los silencios enmudecen.

Autor: Octavio Paz


Elegía del silencio

Huyendo del sonido
eres sonido mismo,
espectro de armonía,
humo de grito y canto.
Vienes para decirnos
en las noches oscuras
la palabra infinita
sin aliento y sin labios.

Taladrado de estrellas
y maduro de música,
¿dónde llevas, silencio,
tu dolor extrahumano,
dolor de estar cautivo
en la araña melódica,
ciego ya para siempre
tu manantial sagrado?

Fragmento de: Federico García Lorca 
 

Insomnio

El día que no hice nada especial 
estornudaron los pájaros y tampoco
pensé nada especial.

El día que no hice nada especial, 
vi pasar la vida arriba de un puente, 
unos caían y otros resbalaban. 

El día que no hice nada especial, 
despegó el helicóptero del vecino y el aire 
aventó la ropa del tendedero.





El día que no hice nada especial, 
en la televisión anunciaban el fin del mundo, 
un meteorito destruiría nuestro Internet. 

El día que no hice nada especial, 
quemaron todas las hojas secas de la calle, 
el humo era menos negro que otros.

El día que no hice nada especial, 
predijeron la extinción de los manzanos, 

ese día no pude dormir. 

Retar al tedio

Te vi escupir al río,  
y arrancar los débiles árboles que yo sembré,
los quitaste con tus pies y con las manos destruiste la raíz.
Hacia dónde van las plantas que mueren ¿también son polvo?
o reencarnan en líderes sociales, en activistas que mueven techos
y los ponen para cubrir pedazos de carne ante el frío.

Te vi girar el globo terráqueo de plástico y señalar un lugar con tu dedo:
tu próximo destino, del que no piensas volver.
Ese lugar lo convertirás en tu refugio subterráneo del aire tóxico
que todos respiramos, juntos nos hicimos la pregunta:
¿Cuántos años vive la gente sentada frente a un escritorio?

Te vi encender un cerillo y comenzar un incendio forestal que tardó tres
días en apagarse. Durante ese tiempo tomaste una cámara de vídeo
y filmaste 72 horas de ramas en llamas, transformando lo verde en rojo.
Enseguida me preguntaste: ¿esta película será un éxito en Cannes?

Te vi sentado en la banca de un parque con tu cabeza apoyada a la palma de tu mano
y la otra con un palo deshaciendo hormigueros.
Estabas ahí, supongo pensando en algo realmente importante,
pero quizá solo estabas matando el tiempo, ¿con qué pieza eléctrica de tortura eliminarás las horas?


Te vi escribiendo en una servilleta: “los nacionalismos son parte del sistema político liberal colonial patriarcal capitalista”.
Y en tu libreta pusiste la siguiente pregunta: ¿estas son palabras para retar al tedio?



La idea central de la Patafísica es la consideración de las leyes generales de la física como un conjunto de excepciones no excepcionales, y, en consecuencia, sin ningún interés.

Para qué orar con la boca cerrada y no gritar como encadenados.  
Para qué gritar si el silencio es la prueba irrefutable de nuestra existencia. 
Para qué esperar al Godot degollado.
Para qué pensar en nuestra existencia, si somos un pedazo de océano.


-Celebremos lo oculto, lo que nunca describiremos, lo que jamás veremos-

Para qué fingir demencia si estaba instalada en nuestras venas antes de que existiera el tiempo.
Para qué seguir con historias sin soluciones imaginarias. 
Para qué escribir con alto grado de ingenuidad. 
Para qué hacer dilemas de las simplezas.
Para qué existen las leyes que regulan las excepciones. 

Para qué definir la utilidad, para qué defender la inutilidad. 


Los secretos del por qué

Los secretos son mi moneda particular: trafico con ellos para vivir. Los secretos del deseo, de lo que la gente quiere de verdad, y de lo que más miedo le da. Los secretos del por qué el amor es tan difícil, el sexo complicado, la vida un dolor y la muerte tan cercana y no obstante aparcada bien lejos. ¿Por qué el placer y el castigo están estrechamente relacionados? ¿Cómo hablan nuestros cuerpos? ¿Por qué nos ponemos enfermos? ¿Por qué deseas fracasar? ¿Por qué es tan difícil soportar el placer?

Este es el primer párrafo de la novela que empecé a leer hoy, "Algo que contarte" del escritor Hanif Kureishi.

Reptiles y camaleones

Collage: Paulina Mendoza 


Vamos andando despacio
pues la prisa no nos lleva a ningún lado. 
Vamos caminando, 
con el paso de los venados:
cautelosos y astutos. 

Vamos cantando fuerte,
vamos a formar una colina, 
vamos soñando tranquilo
con reptiles y camaleones. 

Vamos empujando los remolinos, 
pues los enredos nos dejan sin sombra. 
Vamos diciendo lo que pensamos, 
vamos sintiendo pronto, pues 
nuestro cuerpo se esfuma con el tiempo. 

Vámonos de aquí pues nuestras córneas 
se derriten con la radicación.


El día que olvidé mi paraguas

Collage: Paulina Mendoza

Las calles estaban rotas, el gigante con sus pies de plomo 
las destrozó, hubo entonces: miles de tropiezos de los transeúntes.  

El día que creímos ver llover de nuevo, después de la aridez, 
fue el mismo día que el gigante escupió, 
qué asco: salí sin paraguas a caminar. 

El gigante, el más abominable tan solo por ser el cíclope del condado,
el gigante que puede aplastar una isla con la yema de sus dedos, 
el gigante que inventó su propia lengua y prendió fuego a las otras.
Olvidaron todos el poder de hablar: el gigante estropeó todas las bocas.

Las agujas de plomo brotaron en la cabeza del gigante, 
las aventó como granadas, las arrojó con los ojos cerrados: 

el gigante no quería ver la caída de los muros derribados. 

Simulacro


Collage: Paulina Mendoza


No vemos la realidad sino el reflejo de lo que nosotros somos.
Somos eso, un reflejo y un río de lava, 
no vemos el volcán porque nosotros somos el volcán.
No vemos la lluvia cuando nos convertimos en agua. 
Si somos fuego no vemos el sol. 

Tantas teorías para plantearnos que la realidad es un simulacro, 
la vida misma es un simulacro y somos los objetos que vemos.
Nunca imaginé ser una puerta, nunca imaginé ser una ventana, 
nunca imaginé ser una mesa y un puño de ceniza. 

No vemos la realidad sino el reflejo de lo que nosotros somos. 
La mirada es un salto en paracaídas, es una cascada de lava, 
porque nosotros somos el volcán, el que hace erupción por cada parpadeo 

de los ojos que somos. 

Esto

collage: Paulina Mendoza
Dicen que finjo o miento.
Todo lo escribo. No.
Yo simplemente siento
Con la imaginación.
No uso el corazón.

Todo lo que sueño o vivo,
Lo que me falla o acaba,
Es como una terraza
Aún sobre otra cosa.
Esa cosa es la que es bella.

Por eso escribo en medio.
de lo que no está al pie,
Libre de mi ensueño,
Serio de lo que no es.
¿Sentir? ¡Que sienta quién lee!


Autor: Fernando Pessoa