Quiero advertirle querido lector (si es que existe) que aquí nunca encontrará una publicación seria

Una canción que me gusta bastante es "Henry Lee" interpretada por Nick Cave y PJ Harvey... es ocho de febrero y empieza la madrugada, yo escucho esa canción en casa, en una construcción propia.

Quiero advertirle querido lector (si es que existe) que aquí nunca encontrará una publicación seria, este espacio es para líneas sin coherencia. Escribo esto con la idea de desahogar pensamientos, estos ejercicios mentales sirven mucho querido lector. Hágalos también. Creo que estoy enamorada de Nick Cave. 

Paulina contra sus hormonas: desobedencia civil y desobedencia hormonal. Siempre me ha gustado la anarquía al ser algo inalcanzable para mis pensamientos, para mis actos. Se acabó enero y aún no leo todo lo que quiero, pero acabé la novela "El amor dura tres años", el libro autobiográfico de ese francés loco Frédéric Beigbeder, me gustó: los sentimientos humanos son salvajes e incoherentes, lo digo con casi treinta años encima... no pueden ser de otra forma, aunque a veces se siente con intensidad y otras con más tranquilidad. Prefiero la tranquilidad, claro, pero ¿qué hago cuando la intensidad llega y se instala? 

No me importa: no quiero ser un robot, un zombie al que le fue succionado el cerebro: por la tecnología, por el tiempo, por la "madurez", por la química. Me gusta más sentir todo lo que se pueda con todo lo que se tenga. 

Subrayé algunas frases del libro: 

"Por fin comprendo la frase de Camus ´hay que imaginar a Sísifo feliz'. Quiso decir que uno repite toda su vida las mismas estupideces pero que puede que la felicidad consista precisamente en eso".

"Después de tres años, una pareja debe separarse, suicidarse, o tener hijos, que son las tres maneras de confirmar su final". 

"Vuelvo a desear una casa grande con un soleado jardín, o la melodía de la lluvia sobre el tejado al final de la jornada, ganas de recoger un ramo de violetas, soledad junto a ella, lejos de la ciudad para hacer el amor una y otra vez, hasta reventar de alegría, hasta llorar de placer, caricias para consolarse de estar bien juntos..."

"El amor dura lo que tiene que durar me da lo mismo. Pero si quieres que dure, creo que es necesario aprender a aburrirse". 

"El amor que dura tres años es el que no ha superado montañas o frecuentado los bajos fondos, el que ha sido servido en bandeja. El amor sólo dura si ambos saben lo que cuesta, y vale más pagar por anticipado, si no te arriesgas a tener que pagar la cuenta a posteriori".

No tengo mucho qué decir del libro, sólo que quizá lo encontré en el momento indicado en el que necesitaba reflexionar sobre el amor, ese tema inagotable. 

También leí por fin el clásico "1984" de George Orwell, aunque antes no me apetecía leerlo esta vez me enganchó de cierta forma. Lo leí lento y con mis reservas pero descubrí que Orwell es un genio (bueno, eso no es novedad), quizá lo descubrí tarde. Mientras leía esa novela mi cerebro era un explosión de sentimientos, de contradicciones, inquietudes, ansiedad, decepciones, autosabotaje y tampoco descarto las alegrías. Todo eso estaba mezclado y pensaba qué tanto domino mis emociones, ¿seré acaso una víctima del capitalismo neoliberal? Aún no entiendo  bien de qué va el neoliberalismo...

¿Hasta qué punto estamos siendo vigilados? ¿el ministerio de la verdad está en Estados Unidos? ¿el ministerio del amor está en las farmacéuticas de anticonceptivos hormonales y antidepresivos? ¿hasta qué punto estamos convirtiéndonos en robots dominados por los químicos y tan lejos de la naturaleza?

Platicando sobre las impresiones que me dejó la novela con un amigo, éste me dijo que muchas veces las obras literarias de ciencia ficción tienden a satanizar la tecnología pero que también es bueno ver las bondades que nos ofrece la misma. Y tiene razón pero "1984" no es una novela de ciencia ficción es una clara distopía que asusta porque pasa y aún con el tiempo no pierde vigencia. Al final, nadie sabemos definir claramente a la libertad...

También terminé de leer un poemario de José Revueltas: tristísimo y hermoso, lleno de noche, soledad y fracturas. 

Y ahora sigo con "De qué hablo cuando hablo de correr" de Murakami que había empezado y abandoné. Al final, aunque no sea de mis autores preferidos me impresiona mucho su convicción de correr varios kilómetros todos los días y de convertirse en novelista a los 33 años. Aunque parezca cliché ahora tomo ese libro como una lectura esperanzadora, porque también nos merecemos pensamientos así. Después de Murakami espero ya atreverme a leer "2666" de Bolaño o a retomar un ensayo de economía y política para tratar de entender las guerras entre oriente y occidente. Murió Todorov, no me acuerdo cuándo... 

Hace poco murió Nicanor Parra y a veces escucho sus poemas para despertar, "Los vicios del mundo moderno" es mi favorito. Quizá la antipoesía sea el espacio de mis noches y mis mañanas. Ya duermo.