No sé cuántos barcos de papel he hecho en mi vida.




Eran las cinco de la tarde, faltaba una hora para que se escondiera el sol. Ahí estaba yo a punto de zarpar. Leven anclas, escuché a lo lejos. Navegué por ese gran muro azul que es el mar. Pasé varios días en ese barco que se convirtió en mi hogar. Conocí a una sola persona estando allí, un hombre alto de cabello blanco. Él y yo vivimos juntos, me contó la historia de los barcos: el hombre construyó elementos para flotar en el agua, usaba los troncos de los árboles, de repente inventó los remos. El hombre aprendió a moverse sobre el agua. Ahí estábamos nosotros en un barco en el que a veces remábamos y algunas otras lo movía el viento. No había límites. Llegó la noche él y yo nos tomamos de la mano, viajamos inmóviles.

Una foto feliz para un triste relato.


Hubo un día (hace unos meses) en el que me sentí muy triste, lo bastante como para perderme toda la tarde por las calles hasta que me llegara la noche. Salí muy temprano de mis actividades que muy apenas pude hacer y comencé a caminar por las calles. Mi mente no descansaba, cada momento pensaba en las fallas, mis fallas. Las fallas. Tenía miles de pensamientos chocaban unos con otros, todos eran demasiado gruesos. Mi cerebro se inflamó, se inflamó tanto que dejó de pensar. Hice todo lo que no hubiera en un estado de ánimo normal (no digo de felicidad, sino de un estado de ánimo "normal", estable). Fui a ver la peor y la más pésima de las películas en el cine. Me senté yo sola hasta la última fila. En esos momentos además de estar muy triste no me agradaba la humanidad, no quería a nadie cerca de mí. Trataba de pasar la mayor parte del tiempo sola. La película transcurría, desde el principio me percaté de que era una bazofia pero me quedé ahí, quieta pero tratando de parpadear. Me quedé sentada frente a la pantalla que se estaba pudriendo con la película. Salí del cine y mi ánimo iba cada vez más para abajo. Tenía hambre. Traté de comer lo más desagradable que se puede comer, sí, lo hice, me dirigí a un Mc Donalds que quedaba cerca y no pude comerme ni siquiera dos pedazos de esa basura. Era una imagen triste. Yo sola en ese lugar de comida rápida viendo como al lado de mí otro pobre miserable como yo ingería esa "comida" mientras veía los dibujos en la cajita feliz. Ese día el panorama era gris y lo recuerdo. Porque hoy pienso en ese día, en lo difícil que fue. Ese día lloré un poco. Llamé a quien no tenía que llamar. Quise que me animaría quien no me podía ya animar. Antes de llegar a casa traté de respirar un poco, traté de que mi mente triste se fuera a otro lado para que llegara solamente mi cuerpo y atravesara la puerta, saludara a mamá y papá y se fuera al cuarto. A pensar, a llorar, leer o hacer algo por el estilo. Ese día fue triste y ese día por una extraña razón viene a mi cabeza los días finales de cada mes. Por una extraña razón que más o menos voy conociendo, ese día tan triste viene a mis pensamientos los días finales del mes. Odio el cine basura y la comida basura. No me gusta ponerme tan triste porque así suelo tomar las peores decisiones a la hora de elegir una película o elegir qué comer. Al final la soledad no es algo que me moleste tanto.

De las cosas que no se tienen que decir.

Un breve soundtrack. De las canciones que más me han gustado de un tiempo para acá, de las que puedo escuchar una y otra vez. La música que me ha seguido este año. Diez de mis canciones favoritas, sólo por perder el tiempo y no hacer lo que realmente debo hacer. Pero me da curiosidad la idea de ver esto después de 10 años y ver cómo las cosas han cambiando totalmente o cómo algunas permanecen.


Do you realize



I break horses


Sometimes


I have know love


Falling Down


Story of an Artist


Runaway


In dreams


Purple Bottle


Absolute Beginners

Son sólo algunas faltan muchas más. Imagino la vida sin canciones, sonidos combinados que nos mueven la cabeza. Ese imaginar me es indigno. Todas estas canciones me gustan, las podría escuchar una y otra vez. Una y otra vez. Una y otra vez. Una y otra vez. Una y otra vez.
Existen otras dos canciones en especial que me traen muchos recuerdos y que me gustan de manera exagerada:


The seasons reverse



Infection.
Thinking Fellers Union Local 282

Broken Fall



Pensamientos no dichos luego se olvidan.
El pasado fin de semana caí en una exposición de Bas Jan Ader.
Anteriormente había visto sus videos y parte de su obra. Me gustó encontrar en el museo las instalaciones, fotos y videos de este artista.
Aquí dejo una de las instalaciones que más me gustó.
Thoughts unsaid then forgotten.
Thoughts unsaid then forgotten.

Palabras que se han quedado en mi mente desde hace una semana.

Voces del primer vagón.


"Voces del primer vagón", así decidimos llamar al próximo proyecto de Rizoma Agencia Cultural.
Hemos convocado a varias escritoras, a varias mujeres para que escriban un texto corto con el tema de "las fronteras". Mi colega Pal tenía muchas ideas en cuanto a este proyecto: poner aquellos textos en las estaciones del transporte público de León, para que la gente se acercara a la lectura. Si bien este proyecto de pegar o poner textos en los espacios públicos ya ha sido usado con anterioridad en nuestra ciudad nunca se había hecho. El objetivo de este proyecto es simple. Queremos lograr que las personas que caminan por las estaciones del transporte público sean interceptadas por algún escrito que los haga dirigir su mente a otros territorios, escenarios, diálogos que los alejen un poco de la cotidianidad. De cierta manera buscamos despejar la cabeza de los transeúntes, remover su imaginación. Pero con simpleza con la agilidad que puede tener un texto para moverte las ideas.
Los textos serán sólo de mujeres no porque tengamos una mente cerrada en donde excluyamos a los escritores (hombres), sino porque pensamos que de esa manera todos podríamos conocer la visión que varias mujeres tienen de las fronteras. Esto no se trata de un duelo de sexos (sólo escribo para aclarar), tampoco se trata de mostrar al sector femenino como un sector vulnerable, al contrario.
El proyecto está por arrancar y estamos nerviosos. Contentos porque se logrará pero nerviosos porque aún faltan afinar algunos detalles.
Siempre he pensado en en el poder de la palabra. La palabra viaja lejos. Seguiremos con Rizoma. Seguirán los proyectos.


(A parte de todo es divertido trabajar con mi mejor amiga y hacer todo esto y que aún tengamos el carácter para que nos dé ilusión.)

Frágil.




Tengo muchas cosas qué decir mas poco tiempo o mucho tiempo, todo depende.
Maldita nostalgia.
Ya no me gusta la gente que teme. Algún día.