Pregúntale al I Ching

Veamos qué nos depara el oráculo, que nos sirva como guía para seguir un trayecto, uno distinto a  éste, pero lleno de colores y texturas.

He caminado mucho esta ciudad, muchos kilómetros que no conté, muchas calles, espacios, el mar y la tierra. Qué maravilla una ciudad que tenga un mar o un mar que lleve consigo una ciudad.

No quiero dejar los territorios que he construido en pocos meses, pero existen otros que quiero edificar con todos los impulsos que llevo dentro.

Los lugares nuevos siempre te recuerdan que existe la sorpresa y el redescubrimiento, la reinvención, todas las infancias y las que faltan por tener.

Me voy poco a poco despidiendo, con muchas cosas por hacer y con otras más por decir y escribir y hacerlo sin pensarlo tanto.

Caminé muchas veces por la calle Tallers, después supe que en esa calle vivió Roberto Bolaño, y supe a qué bar iba y seguí caminando por ahí casi todos los días. Bolaño definía a Barcelona como la "la ciudad de las estelas y de las confidencias", según lo leí en un articulo de un periódico.

Hay muchas cosas por decir, muchas, muchas... y siguen los paisajes para disfrutar... Un otoño que se queda, mientras hago preguntas al I Ching.