La chica confiesa a su diario electrónico.

Parece que el insomnio está de moda.
Los días nublados han desaparecido pero eso no implica nada.
Perdemos el tiempo, eso es lo que hacemos. Las nuevas generaciones perdemos el tiempo. Yo no me asumo dentro de un tiempo generacional pero nací para contradecirme.
Para contradecirme y para desconocer. Nací para escuchar música y para contradecirme y desconocer.
Estudiar conceptos, pensar, escribir en voz alta. ¿En dónde uso la vida, en dónde la practico? no hay respuestas a cuestionamientos absurdos. No conozco el mundo. No sé de la gente. Tengo frustraciones antropológicas.
Cuatro años invertidos en aquella ciudad llena de callejones, cuatro años subiendo los cerros. Años que parecen días. Cueva en la que no redacto, Cueva en la que he vertido puntos y comas por todas sus esquinas. ¿Quién cree fielmente, verdaderamente en lo que hace? no hay respuestas a cuestionamientos absurdos.
Pierdo mi tiempo los jueves por la mañana, una pérdida que va contra mi voluntad y mi rostro me delata, todas mis facciones me delatan.
Pesimismo, indiferencia, no hay relatos a conceptos tan vacíos.
Aquí no hay imágenes, no hay música. No hay.



Siempre estará la huida como consuelo.

Siempre estará el retorno como consuelo.

Una foto de Gregory Crewdson.

Todos hablan ya de los árboles, especialmente de aquellos que se encuentran en los boulevares, de los que no tienen dueño. Todos hablan de las apropiaciones que hacen los perros con los árboles. Los perros siempre en la búsqueda de los árboles sin dueño. Porque las cosas, los asuntos se vuelven populares con el tiempo. Este asunto es de los más famosos. Las esculturas cinéticas con hormigas nunca funcionaron. Atraparlas después de hablarles bonito.
Atrapar el tiempo hablándole bonito, viendo el techo y pensando en la caducidad. En el desorden que hay en las cajas de madera. La desintegración de los libros. Utilizando un catalejos para ver la piedra de la locura que tienes atorada en el cráneo.
No me interesa la métrica, detesto contar sílabas. Es sólo una acotación. Una de las palabras que me han llegado a hartar es la de "pertinente". No es "pertinente" lo que escribes aquí. Todos los perros son "pertinentes" cuando cazan árboles, cuando muerden a hombres distraídos. Todos los perros son los perros de todos.
Cuando hablo con pertinencia les hablo a los perros, porque ellos son los únicos que se merecen las palabras.
Apuesto a que ellos pueden atrapar el tiempo ladrándole bonito. Apuesto a que ellos no babean a cualquiera. Apuesto que los perros no serán arrastrados por agujeros negros.
En la lluvia, con un auto atorado, un hombre con un traje mojado, con la cabeza abajo, ha recordado que, como todo, su perro morirá.

El fotógrafo de la morgue.



Para no perder la costumbre, GALLINA VOLTEADA 6, más volteada que nunca.

en
www.acetona-acetona.blogspot.com

El desaparecido.

En esta madrugada chueca, en la que llega la autodecepción por el no aprovechamiento de los días libres.
Por las constantes desveladas sin motivo.
Por los días de absoluto silencio. Por el catete grueso.
Por el inicio del fin de las madrugadas.
Por los ojos cansados, azules.
Por la boca delgada, por los sueños censurados.
Por la falta de empeño. Por el poema de Carver.
Por las lagunas y el baile sin control.
Lloraré cuando tenga tiempo.

Es Jack quien junta las manzanas.

Este día se define como extenso y largo. Largo de pensamientos.
Se ha casado y yo he sido su testigo. Testigo de una unión, la de mi amiga de la primaria. Mi amiga que ha compartido muchos momentos conmigo. Ella también es testigo, le consta que se me olvidan las cosas, los detalles, las credenciales de elector en los bares, en las donaciones de sangre pero no en el registro civil.
La boda, un trámite, el trámite que ama mi amiga ahora que une su vida con su novio. El trámite que me dio dolor de cabeza y mucha nostalgia. Pienso en mi amiga y en el sueño que tuve ayer con ella en el que le llamaba para decirle que me perdonara por no llegar al registro civil.
Pienso en las tardes en las ella me platicaba con ilusión la idea de encontrar alguien bueno para casarse, tener hijos, formar una familia. Pienso muchas veces en todo lo contario.
Yo llevaré a su hijo a jugar beisbol, llevaré a su hija a jugar beisbol, llevaré a su hijo a ver una obra de teatro, llevaré a su hija a ver una obra de teatro, pensé en los libros de cuentos que le voy a regalar. Llevaré a su hija a un concierto de piano, llevaré a su hijo a un concierto de piano. Andaremos en bici y de vez en cuando iremos a las montañas.
Porque lo que me decía hace seis, cinco años, es lo que ahora pasa.

Por otro lado, este día trajo una donación fallida a causa de mi aceleración. Mi ritmo cardiaco se acelera muy seguido. Todas las mañanas siento que se me hace tarde. Camino rápido para alcanzar el camión. Mi corazón no deja de palpitar hasta que ya llevo veinte minutos en el salón de clases. Mi corazón se acelara cuando espero, cuando tardo, cuando encuentro algo (o alguien) inesperado, cuando voy al dentista (en general a cualquier tipo de doctor), cuando me encuentro a alguien que tengo mucho tiempo sin ver, cuando voy a lugares donde hay mucha gente, cuando tomo café (por eso no tomo), cuando tomo cerveza, cuando hablo con alguien que generalmente es callado, cuando llego por primera vez a un lugar, cuando estoy por última vez en un lugar, cuando me enojo, cuando estoy triste, cuando se me olvida algo importante, cuando tengo examenes, cuando fracaso, cuando gano, cuando estoy a punto de donar sangre ja, cuando me desvelo... cuando estoy a punto de hacer algo productivo.
Estoy acostumbrada a vivir acelerada sin ningún buen motivo para estarlo. Por eso mi pulso cardiaco nunca me parece raro. Por eso mis revueltas emociones y frecuentes tartamudeos y parloteos me parecen de lo más comunes.
Este día se resume en sangre y boda. En bodas de sangre. Vacías de sangre, mejor dicho.
Y este post que parece de puberto termina con un video de Kerouac, porque todo esto tiene que ver con drogas, literatura beat, sexo, rock and roll y sangre derramada.

Agarra la escopeta y corre por la carretera.

1.- Porque la crisis vocacional apesta.
2.- Y es la que tengo ahora.
3.- No es que me haya equivocado.
4.- Yo muchas veces he sabido lo que debo hacer.
5.- Yo casi siempre tengo un plan.
6.- Lo malo es que no siempre y cuando no lo tengo viene la crisis vocacional que apesta.
7.- Tal vez porque está a punto de acabarse un ciclo en mi vida.
8.- Tal vez porque nunca he sido muy buena para cerrar las ventanas del cuarto cuando comienza a llover.
9. Sí, muchas veces pienso en el bien social. En lo que tiene que aportar la gente para que la sociedad avance, se desvincule de la violencia, la intolerancia, la mala organización, los malos hábitos, el analfabetismo y la violencia de nuevo. Pienso por ejemplo que una investigación sobre arte contemporáneo y literatura mexicana del siglo XXI no sirve para nada, más que para obtener un título universitario por unanimidad. ¿A quién le va a importar ese tipo de escritura? Se busca un beneficio, uno social. No estoy segura de lo que escribo ahora, porque nadie con una crisis vocacional que apesta, está seguro de sus ideas.
10.- A veces me emociono, no siempre tengo crisis, me emociono los sábados por la mañana en el taller mecánico sin rostro. Porque hay quien tiene inquietudes parecidas a las mías, las de esa época. Inquietudes preparatorianas. Porque aunque no han pasado muchos años, las de ahora son distintas y me apena decir que son menos esperanzadoras de vez en cuando.
11.- Me desespero al no poder viajar todo el tiempo.
12.- Pienso que tal vez de ahora en adelante mis energías se enfocarán a eso, sólo a eso.
13.- Soñé con mi papá, con un bar y el proceso de preparación de una cerveza.
14.- Luego también soñé, mientras dormía en una casa de campaña, con una pareja perfecta que se daban un regalo navideño y luego iban a pasear. Él precisamente era mi amor platónico, diez años mayor que yo.
15.- Y sí, he tenido noches de insomnio.
16.- No he pensado en proyectos de investigación, más bien he leído cuentos o novelas cortas, de esas en las que no inviertes mucho tiempo.
17.- Él sí que escribe demasiado. Él es una prueba de que se tiene que trabajar para conseguir lo que queremos.
18.- Lo que me hace falta es ver buen cine. Me acordé de cuando llevé la película de Japón de Reygadas a un profesor en la preparatoria para que nos la pusiera, todos se durmieron pero el profesor quiso repetir la escena de los caballos. Nunca había visto a ningunos aparearse. Me dio pena.
19.- Necesito acabar los libros de estas fechas.
20.- Que el 24 de mayo la respuesta sea afirmativa. Para irme al puerto. Para irme a investigar.
21.- Tengo esta crisis vocacional que apesta y que bloquea mis pensamientos. La crisis de los 21.

O como alguien que herido por los gangsters alarga la mano a un teléfono desconectado.

Cuando no se tiene nada que postear pero se quiere pegar algo en este espacio virtual, uno no escribe más y copia un poema relativo a una estrella pop.

ORACIÓN POR MARILYN MONROE

Señor
recibe a esta muchacha conocida en toda la Tierra con el nombre de Marilyn Monroe,
aunque ése no era su verdadero nombre
(pero Tú conoces su verdadero nombre, el de la huerfanita violada a los 9 años
y la empleadita de tienda que a los 16 se había querido matar)
y que ahora se presenta ante Ti sin ningún maquillaje
sin su Agente de Prensa
sin fotógrafos y sin firmar autógrafos
sola como un astronauta frente a la noche espacial.
Ella soñó cuando niña que estaba desnuda en una iglesia (según cuenta el Times)
ante una multitud postrada, con las cabezas en el suelo
y tenía que caminar en puntillas para no pisar las cabezas.
Tú conoces nuestros sueños mejor que los psiquiatras.
Iglesia, casa, cueva, son la seguridad del seno materno
pero también algo más que eso...

Las cabezas son los admiradores, es claro
(la masa de cabezas en la oscuridad bajo el chorro de luz).
Pero el templo no son los estudios de la 20th Century-Fox.
El templo —de mármol y oro— es el templo de su cuerpo
en el que está el hijo de Hombre con un látigo en la mano
expulsando a los mercaderes de la 20th Century-Fox
que hicieron de Tu casa de oración una cueva de ladrones.
Señor
en este mundo contaminado de pecados y de radiactividad,
Tú no culparás tan sólo a una empleadita de tienda
que como toda empleadita de tienda soñó con ser estrella de cine.
Y su sueño fue realidad (pero como la realidad del tecnicolor).
Ella no hizo sino actuar según el script que le dimos,
el de nuestras propias vidas, y era un script absurdo.
Perdónala, Señor, y perdónanos a nosotros
por nuestra 20th Century
por esa Colosal Super-Producción en la que todos hemos trabajado.
Ella tenía hambre de amor y le ofrecimos tranquilizantes.
Para la tristeza de no ser santos
se le recomendó el Psicoanálisis.
Recuerda Señor su creciente pavor a la cámara
y el odio al maquillaje insistiendo en maquillarse en cada escena
y cómo se fue haciendo mayor el horror
y mayor la impuntualidad a los estudios.

Como toda empleadita de tienda
soñó ser estrella de cine.
Y su vida fue irreal como un sueño que un psiquiatra interpreta y archiva.

Sus romances fueron un beso con los ojos cerrados
que cuando se abren los ojos
se descubre que fue bajo reflectores
¡y se apagan los reflectores!
Y desmontan las dos paredes del aposento (era un set cinematográfico)
mientras el Director se aleja con su libreta
porque la escena ya fue tomada.
O como un viaje en yate, un beso en Singapur, un baile en Río
la recepción en la mansión del Duque y la Duquesa de Windsor
vistos en la salita del apartamento miserable.
La película terminó sin el beso final.
La hallaron muerta en su cama con la mano en el teléfono.
Y los detectives no supieron a quién iba a llamar.
Fue
como alguien que ha marcado el número de la única voz amiga
y oye tan solo la voz de un disco que le dice: WRONG NUMBER
O como alguien que herido por los gangsters
alarga la mano a un teléfono desconectado.

Señor:
quienquiera que haya sido el que ella iba a llamar
y no llamó (y tal vez no era nadie
o era Alguien cuyo número no está en el Directorio de los Ángeles)
¡contesta Tú al teléfono!

Poema de: Ernesto Cardenal.