Atrapar el tiempo hablándole bonito, viendo el techo y pensando en la caducidad. En el desorden que hay en las cajas de madera. La desintegración de los libros. Utilizando un catalejos para ver la piedra de la locura que tienes atorada en el cráneo.
No me interesa la métrica, detesto contar sílabas. Es sólo una acotación. Una de las palabras que me han llegado a hartar es la de "pertinente". No es "pertinente" lo que escribes aquí. Todos los perros son "pertinentes" cuando cazan árboles, cuando muerden a hombres distraídos. Todos los perros son los perros de todos.
Cuando hablo con pertinencia les hablo a los perros, porque ellos son los únicos que se merecen las palabras.
Apuesto a que ellos pueden atrapar el tiempo ladrándole bonito. Apuesto a que ellos no babean a cualquiera. Apuesto que los perros no serán arrastrados por agujeros negros.
En la lluvia, con un auto atorado, un hombre con un traje mojado, con la cabeza abajo, ha recordado que, como todo, su perro morirá.

3 comentarios:
Siete, los perros se comieron a los agujeros negros.
No Pau, no envies a los perros tal demonio.
Si no podemos eliminarlo, logremos al menos que el lenguaje sea tan solo una enfermedad humana.
Ellos transmiten.
Benditos.
Benditos come agujeros.
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