
Era una certidumbre física y médica, un hecho;
nadie lo había asesinado, por la sencilla razón
de que no había sido asesinado. Tenía que admitir
que la mayoría de mis colegas hubiesen suspendido
la investigación allí mismo. !Yo no!
Me sentía demasiado ridículo, demasiado irritado, y
había ido ya demasiado lejos. El asesinato es algo
que se produce intelectualmente; tiene, pues, que
ser concebido por alguien.
W. Gombrowicz.
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