Te gustan de esos.





“He vivido como si fuera hijo secreto de un rey, en espera de que algún cortesano me rescate. Claro que nadie me rescató; nadie rescata a nadie. Por ello dejé las pretensiones en un cajón. No era más guapo que ellos, no había ido a mejores escuelas ni me vestía mejor y carecía de su encanto. Pero había decidido apegarme al fundamento que hace triunfar a los bandidos: olvidar minuciosamente la compasión.”

Recursos humanos, Antonio Ortuño.

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