Me dije que ya no invertiría ni un peso en alcohol, ni siquiera en una cerveza. Mi cambio de los camiones o de cualquier cosa iría a parar directamente a mi cochinito, a mi alcancía de antaño.
El día de hoy no pude dejar de invertir en una cerveza para tomármela con mi amigo el chino (mejor conocido como Pablo). Amigo de la infancia, de la entrada a la pubertad, amigo de ahora.
Platicamos de nuestra vida en secundaria y de lo freakis que de repente podíamos llegar a ser. Tenemos muchos planes ahora, también de eso hablábamos.
Nos reímos mucho.
Como siempre el alcohol se me sube en cuestión de segundos y empiezo a hablar cada vez más fuerte. Dejo de tomar por una rato y vuelvo a ser la sobria de antes.
Los recuerdos son los recuerdos aunque sean de hace nueve años. Pero eso sí, la gente tiene una esencia peculiar que siempre se queda, todo es cuestión de empatías. Todos ellos, las personas de hace nueve años tienen algo de igual a lo que fueron en el pasado, muchas ya tienen grandes responsabilidades, otros piensan en casarse y yo me sorprendo porque siempre creo que faltan muchas cosas por hacer. Y pensamos en el proyecto de vida de cada uno de los que conocimos y de lo que los hace felices y cerramos la boca. Que cada quien siga lo que le hace ser feliz. A veces o casi siempre de eso se trata la vida. La "felicidad" como una meta, que de repente se vislumbra inalcanzable y hay ocasiones en la que la sientes muy cercana. Cuestión de suerte, de circunstancias y de empatías.
Antes de ir con el Chino, fui a la biblioteca y me encontré con unos versos agradables, versos de Pizarnik y de Mistral, versos que apenas empiezo a leer.
De repente nos llega el momento en que queremos leer poesía, pero nos aturdimos de ver tantos nombres que terminen con "o" en el índice de la antología. Nos aventuramos. No comprendemos. Escuchamos comentarios acerca de lo aburrido e incomprensible que resultan los versos. Pero me dejé llevar por las letras, las palabras de esas dos mujeres para después irme de prisa por un ron con mi amigo de antaño Pablo.
Y ahora escribo lo que puse en mi pequeña libreta de ideas, tomando este blog como un espacio virtual de una post-adolescente a la que sus viseras e intestinos le arañan la espalda cada que pueden, mis viseras dejan puestos estos poemas:
Revelaciones.En la noche a tu lado
las palabras son claves, son llaves.
El deseo de morir es rey
Que tu cuerpo sea siempre
un amado espacio de revelaciones.
Dice que no sabe del miedo.Dice que no sabe del miedo de la muerte del amor
dice que tiene miedo de la muerte del amor
dice que la muerte es miedo, es amor
dice que no sabe.
Explicar con palabras.Explicar con palabras de este mundo
que partió de mí un barco llevándome.
Versos de Alejandra Pizarnik. En esta tarde con sol, con frío y con un piano que se cae del quinto piso.