Ahora entinedo y lo comprendo tarde.
Ahora sé por qué tantos escritores, tantos individuos (en general) quieren parecerse a Bukowsky.
Los escritores no buscan su talento ni mucho menos su genuina "dedicación" para escibir. Los individuos en general tal vez sí busquen su talento pero no la "dedicación".
Todos buscan su estilo para conquistar mujeres, su estilo para llevarlas a la cama.
Y no los culpo, si yo fuera hombre no diría que estuviera mal parecerme a él.
Bukowsky, un hombre nada privilegiado fisicamente hablando, con las arrugas menos atractivas (nada que ver con Beckett) y con el entrecejo lleno de polvo. Borracho.
Sin embargo, ahora comprendo a las mujeres que babeaban por él, su sensibilidad era única y rebasaba a su sucio cuero cabelludo.
La sensibilidad es algo que escasea, no es algo común. No es algo que se encuentra tan rápido y fácil como una coca-cola. Ahora los comprendo y las comprendo porque mi mente anda muy ociosa. Me canso de no tener respuesta, de no saber dónde está el Chapo Guzmán y lo que hay por Haití (y luego pienso que lo mismo puede ocurrir con Cuba).
Por eso, mejor pienso en el poeta del Pájaro azul y en su vieja máquina de escribir, por eso se me viene a la mente la lectura y la escritura como escape de la realidad. Yo no compraría un rifle para matar un venado.
Yo no reproduciría imágenes a gran velocidad.
No creo que Bukowsky me vaya a besar algún día (y no sólo porque esté muerto).
Y a veces tampoco creo en la ley de la gravedad (ni cuando me la paso arrojando manzanas).
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