Cómo sostener esferas en las escaleras académicas.



No encuentro algo bueno en la estación de radio.
Tengo de nuevo unos walkman, les pongo pilas y escucho la estación de radio como hace diez años.
Pienso en que no me atraen tanto las cosas de medio siglo, los walkman no son de medio siglo.
Me gustaría instalarme una estación de radio en mis orejas.
Escucho las risas de muchos.
Quiero ruido de armónica. Quiero un teletransportador.
Que alguien invente un paracaídas con música integrada al jalar el cordón.
Las personas con lentes me dan desconfianza. De un momento a otro su nariz caerá.
Quiero de vuelta al personaje principal de la novela que leí en verano.
Mataré en mis sueños al personaje principal de la novela que leí en verano.
Quiero guitarras, ruidos de garage.
Se me acaba la semana cuando empieza. Me asusta el mundo, prefiero el vino espumoso.
Se me caen los dientes con el sonido del otoño.
En una fotografía del pasado salgo comiéndome la cabeza de David Bowie.
No volveré a ir a Los Alpes. Podemos ser héroes. No quiero ser una experta lectora de Julio Cortázar. No quiero analizar discursos ni trabajar arduamente con la gramática. No quiero teorizar acerca del cuerpo en el cine y en la literatura. No quiero filosofar con el lenguaje. No quiero involucrarme en ningún estudio generativista. No quiero que me hablen de metaficción. No quiero tratar de hablar de metaficción.
Lo único que necesito es que alguien me enseñe a usar correctamente, adecuadamente y perfectamente las preposiciones al escribir, al hablar y también al tartamudear.

No hay comentarios: