Es Jack quien junta las manzanas.

Este día se define como extenso y largo. Largo de pensamientos.
Se ha casado y yo he sido su testigo. Testigo de una unión, la de mi amiga de la primaria. Mi amiga que ha compartido muchos momentos conmigo. Ella también es testigo, le consta que se me olvidan las cosas, los detalles, las credenciales de elector en los bares, en las donaciones de sangre pero no en el registro civil.
La boda, un trámite, el trámite que ama mi amiga ahora que une su vida con su novio. El trámite que me dio dolor de cabeza y mucha nostalgia. Pienso en mi amiga y en el sueño que tuve ayer con ella en el que le llamaba para decirle que me perdonara por no llegar al registro civil.
Pienso en las tardes en las ella me platicaba con ilusión la idea de encontrar alguien bueno para casarse, tener hijos, formar una familia. Pienso muchas veces en todo lo contario.
Yo llevaré a su hijo a jugar beisbol, llevaré a su hija a jugar beisbol, llevaré a su hijo a ver una obra de teatro, llevaré a su hija a ver una obra de teatro, pensé en los libros de cuentos que le voy a regalar. Llevaré a su hija a un concierto de piano, llevaré a su hijo a un concierto de piano. Andaremos en bici y de vez en cuando iremos a las montañas.
Porque lo que me decía hace seis, cinco años, es lo que ahora pasa.

Por otro lado, este día trajo una donación fallida a causa de mi aceleración. Mi ritmo cardiaco se acelera muy seguido. Todas las mañanas siento que se me hace tarde. Camino rápido para alcanzar el camión. Mi corazón no deja de palpitar hasta que ya llevo veinte minutos en el salón de clases. Mi corazón se acelara cuando espero, cuando tardo, cuando encuentro algo (o alguien) inesperado, cuando voy al dentista (en general a cualquier tipo de doctor), cuando me encuentro a alguien que tengo mucho tiempo sin ver, cuando voy a lugares donde hay mucha gente, cuando tomo café (por eso no tomo), cuando tomo cerveza, cuando hablo con alguien que generalmente es callado, cuando llego por primera vez a un lugar, cuando estoy por última vez en un lugar, cuando me enojo, cuando estoy triste, cuando se me olvida algo importante, cuando tengo examenes, cuando fracaso, cuando gano, cuando estoy a punto de donar sangre ja, cuando me desvelo... cuando estoy a punto de hacer algo productivo.
Estoy acostumbrada a vivir acelerada sin ningún buen motivo para estarlo. Por eso mi pulso cardiaco nunca me parece raro. Por eso mis revueltas emociones y frecuentes tartamudeos y parloteos me parecen de lo más comunes.
Este día se resume en sangre y boda. En bodas de sangre. Vacías de sangre, mejor dicho.
Y este post que parece de puberto termina con un video de Kerouac, porque todo esto tiene que ver con drogas, literatura beat, sexo, rock and roll y sangre derramada.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Jack.
Bodas de sangre sin sangre.
Jack.
Aceleración.
Jack.
Beatitud. Un halo sagrado.
Todo el tiempo?
Todo el tiempo.
Pau.
Pau.
10.